Una Correduría de seguros es un intermediario experto entre la Compañía aseguradora y el asegurado: el cliente. El corredor de seguros no trabaja para una sola compañía, sino que busca en todo el mercado asegurador la compañía que mejor puede satisfacer las necesidades de su cliente.
La Correduría representa al cliente frente a la compañía. Se trata de un asesor experto, imparcial e independiente.
El corredor lleva a cabo todas las gestiones del cliente en relación a su contrato de seguros (póliza). Esto es válido tanto en el momento de contratación como en el caso de que acaezca un eventual siniestro, así como en el caso de que el cliente esté descontento con la compañía aseguradora y deseé cancelar su seguro con dicha compañía. El corredor llevará acabo las gestiones necesarias y buscará una nueva compañía para su cliente.
Se trata de una profesión reglamentada por la Ley, que exige una formación específica, independencia, imparcialidad y ciertas garantías financieras al corredor.
La correduría es una institución de origen anglosajón que en ocasiones ha sido insuficientemente comprendida en España.
Veamos algunas creencias erróneas comunes:
1. Contratar en una Correduría es más caro que contratar directamente con la compañía
Esta es una creencia totalmente falsa. La Correduría se lleva un porcentaje, una comisión de lo que normalmente se llevaría la compañía: el pago de la póliza (la prima). Esto es más fácil de entender si se comprende el servicio que representa para el cliente y para la compañía el corredor de seguros:
El cliente se beneficia de un asesor experto
Imparcial e independiente que gestiona sus contratos de seguro y le representa ante la aseguradora en los trámites necesarios para la emisión, modificación o cancelación de la póliza, así como en cualquier eventualidad que pueda surgir: siniestros, renegociaciones de las primas…
Pero el cliente no es el único beneficiado
La Correduría capta el cliente y gestiona sus pólizas, labor de la que libera a la compañía (comercialización y gestión). La labor de la compañía queda muchas veces reducida a la recaudación de la prima y al pago del siniestro.
De hecho, en ocasiones, la Correduría representa un volumen de clientes tan importante para la compañía aseguradora que ésta está dispuesta a ofrecerle el contrato de seguros en condiciones más ventajosas que a un particular que se dirija directamente a la compañía. Hay que tener en cuenta que las compañías compiten muchas veces entre ellas para que los corredores hagan sus seguros a través de ellas, siendo totalmente ilegal que el corredor decida en función de la comisión; si el corredor es honrado y honesto, no hay otra solución que mejorar las condiciones para el cliente.
2. Cuando he tenido un siniestro tengo que “pelear” con la Correduría para que me pague el siniestro
No. Como ya hemos dicho, la correduría gestiona el siniestro, pero no lo paga. Es la compañía la que asume el riesgo y la Correduría la que defiende las pretensiones del cliente frente a ésta. Es por ello muy importante que, al igual que en la relación profesional entre un abogado y su cliente, el asegurado sea completamente honesto con su corredor, para que éste pueda defender adecuadamente y de la mejor manera posible sus intereses.
3. Una Correduría trabaja para una sola compañía y la representa frente al cliente
Otra vez una creencia errónea. Uno de los pilares fundamentales de la razón de ser del corredor es su independencia. Su labor es representar al cliente frente a la compañía y no al revés.
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